miércoles, 9 de noviembre de 2016

Me he dado cuenta que cocinar me da un efecto trabquilizador, que, sumado a la musica, no es un placebo pero si una sensacion de paz mental, de cable a tierra y encina uno puede poner en juego la creatividad culinaria.

De chico creia que el hacer de comer demostraba a otros amor y fraternidad. Luego, de adolescente, cuando empece con el manga y el anime me di cuenta que los bentos son algo mas que "solo comida". Son expresiones. Expresion de amor, de superacion, de capacidad, de ser humano. Me encanta ese mundo. Me llama poderosisimamente la atencion.

Estos dos dias de descanso cocine para mis hijos y mi familia (no fue la gran cosa, pero cocine al fin). El primer dia tenia un humor que podia incluso invocar al mismisimo Satan de tanta mala onda que tenia. Mi cabeza estaba a mil, estuvo a 35000 rpm, y cuando cocine fue bajar un poco a tierra. Luego, cuando deje de hacerlo volvi a irascibilizarme. Tuve que confiar en don Alplax para dormir tranquilo y no pensar en estado de descanso. Y ayer no estaba tan exasperado, pero cocine y lo disfrute. Lo disfrute muchisimo. Como cuando sali a pasear con mi hijo por primera vez, o cuando toque mi guitarra por primera vez. Esas cosquillas, esa energia hiperpositiva que me encanta porque hace que no afloje, que no me rinda, que siga, que aproveche. Fue muy explosion de sensaciones.

Me encantaria perfeccionarme mucho (no soy un gran chef, debo admitirlo) y asi tener herramientas para poder expresarme, poder decir y que todos puedan sentir lo que yo. Y que vean que eso me hace feliz, como cuando me llenan de besos mis 3 infantes.

Merezco ser feliz, merezco estar bien...y cocinar es una de esas cosas que me encantan hacer porque el odio se disipa y el amor florece.

Y realmente quiero volver a amar(me)

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